dima
  • Viviendas en Pedro Miguel

    Identificación de la Obra REHABILITACIÓN Y OBRA NUEVA DE EDIFICO PARA 5 VIVIENDAS Y GARAJE
    Ubicación Pedro Miguel 30-32. Sevilla
    Fecha de Proyecto 2006
    Fecha Fin de obra 2008
    Arquitecto/s proyecto/obra MARISOL GARCÍA TORRENTE UBALDO GARCÍA TORRENTE
    Arquitecto/s colaborador/es en proyecto/obra MIGUEL VILLEGAS
    Aparejador GONZALO RODRÍGUEZ SALAIGNAC
    Otros colaboradores FERNANDO ALDA. FOTÓGRAFO
    Promotor ZOOOM, SIETEREVUELTASSIETE
    Empresa Constructora, Subcontratas, etc. ZOOOM, SIETEREVUELTASSIETE
    Publicaciones LA VANGUARDIA MAGAZINE. 26 oct 2008
    Premios
    La vivienda ya no es sólo un refugio ante la adversidad exterior o una forma de apariencia social. Hoy, más que nunca, ésta aspira a ser el reflejo de nuestros propios deseos, el lugar activo para el ocio o la actividad lúdica y confortable, un espacio para la autocomplacencia y la alegría; en definitiva, el lugar donde hacer posible las diversas e imprevisibles actitudes del hecho contemporáneo. Por tanto, la vivienda debe plantearse desde una actitud estimulante y plural, abierta y posible, promoviendo lo personalizado, lo diferente, frente a lo estándar; lo diverso y capaz, frente a lo estereotipado; la amplitud del vacío cualificado y flexible, frente a la compartimentación especializada; la casa sujeto, con vida, frente a la casa objeto; las relaciones interpersonales activas, frente a la vecindad; la vivienda paisaje, frente al paisaje de periferias. 30-Pedro Miguel-32 quiere ser una alternativa habitacional a las promociones al uso. Un estímulo para una actitud vital positiva, desinhibida  y creativa. Los cambios que el tiempo introduce en la vida de los habitantes de un edifico de viviendas constituyen un examen a superar por la arquitectura que acoge a esos moradores. Es el tiempo el que moldea a la edificación y la obliga a adaptarse a las mutaciones que la vida le exige, o en su caso, la condena a la desaparición. Toda acción en la ciudad, también la arquitectónica, tiene inevitablemente una doble dimensión: la pública y la privada, que estará más o menos entrelazada dependiendo del grado de permeabilidad de la misma. Un simple paseo por la ciudad de Sevilla permite aventurar que esa relación se mantiene en un nivel cercano al que podía suponerse en siglos anteriores. El hecho de que existan dos ciudades históricas en Sevilla, el casco histórico norte y sur, ha hecho que una de ellas, el casco norte,  siga conservando en gran medida, unos hábitos de  vida bien distintas de aquellos otros recintos históricos, hoy habitados casi en su integridad por clases sociales y culturales bien distintas de las que los constituyeron como consecuencia del traslado hacia la periferia y barrios marginales de una población que sigue manteniendo viva una forma de vida, aunque ciertamente condicionada por los espacios que ahora les toca vivir. En este sentido, en el casco norte del centro histórico de Sevilla, todavía se desarrolla de manera natural un modo de vida, que no es otra cosa que "el alma de la ciudad",  hoy por hoy, parte de su patrimonio. Un patrimonio vivo, diferente del patrimonio muerto que es el que se conserva en las naves de los museos y en los libros de texto, que se manifiesta continuamente con leyes propias, no siempre amables o asumibles por la administración y, por supuesto imprevisibles, por mucho estudio que sobre ello se arroje. Por todo esto, hablar a estas alturas de un análisis arquitectónico o urbanístico basado en las tipologías edilicias, las morfologías urbanas o la estructura semántica, empieza a formar parte de la arqueología analítica que sólo tiene sentido desde un punto de vista propio de estudiosos de bata y biblioteca. La ciudad, estas zonas de la ciudad, como ente vivo tiene otras leyes, más cercanas a la idea del movimiento, al sentido de lo fugaz, de la transformación, de lo transitorio, de lo inesperado. Nada más infructuoso que intentar atrapar un agente en continuo estado de transformación. No ha sido fácil mantener esta cualidad, la población residente mantiene desde años, una posición de resistencia, de concienciación a las administraciones de que existen otras formas de rehabilitar los centros históricos, que sus antiguas formas de vida pueden ser base para la experimentación y estudio de propuestas más actuales, y que todo esto es posible manteniendo una estructura residencial esencial en la que la gran mayoría de los residentes es la que ha habitado estos espacios generación tras generación. Aquí se propone partir con nuevos razonamientos que no quieren ser ni "tipo" ni "criterio" generalizados, sino una línea de investigación en un lugar concreto basada en la flexibilidad y adaptabilidad a las circunstancias. No debe olvidarse que la vida de un edificio es mucho más dilatada en el tiempo que la de sus moradores. Los actuales vecinos serán remplazados por otros cuyos planteamientos de vida y circunstancias personales serán bien diferentes: el concepto de familia,  los hábitos de vida, la idea de confort, el mobiliario, los revestimientos, la apariencia, los objetos de consumo, los objetos de identificación o adornos, la fragmentación o especialización espacial, la funcionalidad, la manera de apropiarse de lo común, la luz, las texturas, el color, etc. También éstos necesitarán nuevas y novedosas respuestas. El potencial de esta intervención, no sólo reside en la carga o el valor paisajístico, histórico, de tradición y cultura, urbano y arquitectónico, de un centro histórico y arqueológico como el de Sevilla. Existe un segundo potencial oculto a los ojos del viandante, que es capaz de observar una secuencia de fachadas unitarias, más o menos ordenadas y regulares, y desconoce lo que ocurre más allá de esos paramentos. El edificio nº 30-32 de la calle Pedro Miguel de Sevilla era un claro ejemplo de adhesión, apropiación y redistribución que las distintas situaciones de la vida obligan o permiten llevar a cabo a sus habitantes, exprimiendo al máximo la superficie del solar mientras que se reducía sus zonas libre al verse imposibilitada a acceder físicamente a ellas. Un trueque en el que primaba la necesidad de espacio útil, en sacrificio del uso y disfrute de algo tan importante en la cultura mediterránea como es el patio y los espacios comunes. En el resultado se entrelazan un carácter desordenado, aleatorio, impositor, con algo de inmediatez e inocencia. La calidad del resultado arquitectónico es bastante baja en cuanto a estructuración, composición, calidad de la construcción, etc. Sin embargo, la riqueza de éstas situaciones es algo más profundo, radica en la multitud de posibilidades que ha demostrado tener la edificación, gracias a su sencillez y versatilidad, y en el potencial que ofrece en cambios o mutaciones futuras, como la que esta intervención nos va a permitir. No se ha de olvidar que las condiciones de habitabilidad, higiene y salubridad, accesibilidad y confort, eficacia y economía, deben primar en todo proyecto, buscando siempre que las viviendas den una respuesta satisfactoria a sus actuales habitantes, a los futuros, a los ocasionales y a los permanentes. La decisión de re-crear 5 viviendas en lo que en su día fueron otras bien distintas, no responde a un criterio simple de devolver la edificación a su estado original, o de re-ordenar lo que “parece” estar desordenado, se trata de aumentar las posibilidades de éstas nuevas viviendas, de equiparar capacidades, y re-adaptarlas a las que la realidad actual demanda. Así, la vivienda  que abre sus huecos a los distintos patios, también tendrá acceso directo a ellos,  pudiendo disfrutar de la privacidad e intimidad deseables, y de un espacio libre, que permita la conexión exterior-interior y la relación. La estrategia a seguir consiste en conseguir viviendas, que en el mayor de los casos pueda tener vistas a espacios exteriores distintos para dotarlas de capacidad suficiente  para desarrollar una vida confortable en ella. Se busca potenciar aquellos caracteres propios de la idiosincrasia edificatoria , como los zaguanes, que se mantienen como filtro con el exterior, los patios que se constituyen en verdaderos espacios de relación, los balcones tradicionales que ofrecen comunicación más allá de la visual a la calle, y la azotea, como extensión de la vivienda por encima del último forjado, posibilitando la realización de actividades propias del clima mediterráneo como tender ropa o refrescarse en las noches estivales. En todo caso la escalera se plantea como núcleo de conexión vertical, cuya importante presencia estructura y organiza los espacios principales. En definitiva se ha pretendido ofrecer una claridad compositiva que permita multitud de usos y de espacios. No se dicta cómo vivir, sino que se posibilitan infinitas maneras, a la vez que se responde a unos requerimientos concretos introducidos como premisas, que se solucionan como algo que siempre ha estado ahí. Dado el estado de la edificación y la posibilidad que ofrece la normativa urbanística, se decidió demoler dichas edificaciones, con excepción de la crujía de fachada de manera que se construye un edificio de nueva planta enlazada con la crujía de fachada. Bajo la nueva edificación se ejecutará un sótano destinado a garaje. El proyecto consiste, tras la demolición prevista  en la construcción de un edificio de viviendas plurifamiliar entre medianeras, con un programa de 5 viviendas y siete plazas de garaje.  De esta manera, la edificación se estructura alrededor de dos patios de 6.80 m x 5.35 m, uno de los cuales. Las medianeras quedan ocultas desde todos los espacios libres en dos plantas. Para cumplir estos objetivos, se ha adoptado como solución proyectual la rehabilitación generalizada de la primera crujía de fachada, manteniendo los muros de carga que la conforman. A continuación se ha ido moldeando el espacio/vacío introduciendo nuevos espacios libres, buscando la oportunidad en su dimensión, encajándolos dentro de los límites permisibles de las diferentes crujías. Posteriormente se han organizado las viviendas, adaptándolas a los nuevos programas preestablecidos, potenciando en todo momento aquellos elementos definitorios del edifico. En este sentido se mantiene el zaguán de entrada, la fachada y la primera crujía. De igual manera se mantiene la posición de la escalera principal, aunque introduciendo una de nueva ejecución, todo ellos complementado con la introducción de un ascensor, elevador de coches de acceso directo desde la fachada a la planta de sótano donde se ubica el garaje con aparcamiento para siete coches. En planta baja el edifico se organiza manteniendo el acceso desde la calle, es decir la puerta principal, el zaguán de entrada y la escalera principal, que se desarrolla en un espacio espacios secuenciados en primera y segunda crujía. El  resto de la crujía de fachada se colmata con el acceso al ascensor elevador de coches. En segunda crujía se desarrolla el primer patio, de grandes dimensiones desde el que se accede a una de las viviendas, y continuando hacia el fondo del solar al segundo patio de acceso a otras dos vivienda. Desde la escalera principal se accede a la planta primera donde a través de una galería situada en el lado sur del patio primero, da acceso a las viviendas 4 y 5 y a la escalera de acceso a la azotea. La cubierta es plana y dispone de una zona elevada 1.20 m. donde se sitúa una pequeña alberca con solarium de madera constituyéndose toda la azotea como una gran zona de ocio comunitaria. Los patios interiores servirán para dar luz a las diferentes estancias de las viviendas y galerías, por lo que sus planos verticales se horadarán con grandes huecos, de distintos tamaños y posición, dependiendo de las necesidades del espacio al que iluminan. La fachada del edificio se ha modificado respecto de la existente, de manera que se practica un hueco de 3.75 m. que servirá de acceso al garaje y se cegarán todos los de planta baja excepto la puerta de entrada al zaguán, el resto de huecos de planta primera se alteran únicamente en la dimensión vertical, no en su posición o ancho, de manera que éstos quedan realzados para cualificar la composición de fachada. A su vez la fachada se ha provisto de un gran zócalo de chapa de acero de 4mm de espesor en toda la altura de la planta baja sin diferenciación entre huecos y paramentos. Cuatro viviendas son tipo duplex, dos organizadas en planta baja y primera y otra en planta baja y ático, para evitar la superposición de viviendas en vertical y potenciar la privacidad. Sólo una vivienda se organiza en planta primera de forma tal que se organiza como un loft que ocupa toda la primera crujía de fachada y la crujía noroeste del patio, bajo ella se sitúan las zonas comunes de zaguán y acceso al garaje. En las zonas comunes se ha empleado una solería de madera de tablones de pino cuperizado, atornillado a rastreles de madera. El revestimiento de los patios es de panel sandwich prefabricado, de la marca ArcelorMittal,  formado por dos chapas de acero, una galvanizada y otra prelavada entre las cuales se coloca un material aislante de poliuretano. La carpintería de las ventanas de las viviendas a patios es de aluminio anodizado con rotura de puente térmico de la marca Laminex. Las escaleras generales del edificio y las del interior del las viviendas se han ejecutado con chapa de acero plegada de 4 mm de espesor, en algunos casos pintada y otros barnizada. La solería del interior de las viviendas es de tarima flotante de madera maciza de elondo.